Jueves 1 de julio 2010
SANTO DOMINGO.- Para mantener el interés y el entusiasmo dentro del matrimonio no basta con amar al otro, sino que hay que saber cómo hacerlo:
Buena comunicación. El amor no puede mantenerse sin tener una buena comunicación entre los cónyuges. Para ello, hemos de saber escuchar mostrando interés por todo lo que dice nuestra pareja y por todo lo que le rodea, su vida, su trabajo, etcetera. Debemos buscar ratos de intimidad donde la conversación sea fluida y no sea interrumpida por los hijos, teléfono, etcétera.
Complicidad. Nuestra pareja debe ser en todo momento nuestro cómplice, debe conocer nuestros sentimientos, emociones e intimidades. Debe ser nuestro compañero y amigo que nos acompaña y nos apoya en todo momento y quien nos ame incondicionalmente sin esperar nada a cambio.
Cuidar los detalles. Los pequeños detalles son muy importantes en una relación, tanto los positivos como los negativos. Estar pendiente de nuestra pareja y adelantarnos a sus necesidades sin que el otro tenga que pedir ayuda o sorprenderla con una cena o un regalo inesperado, son detalles que alimentan la relación. Por otro lado, también debemos evitar esas pequeñeces que tanto desagradan a nuestra pareja y que a fuerza de repetirlas resultan imposibles de soportar.
Respeto hacia la pareja. En toda relación debe primar el respeto y la confianza. No debemos caer nunca en los insultos o descalificaciones. Hay que cuidar el trato que tengamos con nuestro cónyuge para que en ningún momento resulte ofensivo. En las discusiones, debemos evitar siempre los gritos, insultos o malos gestos, de lo contrario se perdería el respeto por la pareja y la relación se deterioraría siendo casi imposible recuperarla.
Buena comunicación. El amor no puede mantenerse sin tener una buena comunicación entre los cónyuges. Para ello, hemos de saber escuchar mostrando interés por todo lo que dice nuestra pareja y por todo lo que le rodea, su vida, su trabajo, etcetera. Debemos buscar ratos de intimidad donde la conversación sea fluida y no sea interrumpida por los hijos, teléfono, etcétera.
Complicidad. Nuestra pareja debe ser en todo momento nuestro cómplice, debe conocer nuestros sentimientos, emociones e intimidades. Debe ser nuestro compañero y amigo que nos acompaña y nos apoya en todo momento y quien nos ame incondicionalmente sin esperar nada a cambio.
Cuidar los detalles. Los pequeños detalles son muy importantes en una relación, tanto los positivos como los negativos. Estar pendiente de nuestra pareja y adelantarnos a sus necesidades sin que el otro tenga que pedir ayuda o sorprenderla con una cena o un regalo inesperado, son detalles que alimentan la relación. Por otro lado, también debemos evitar esas pequeñeces que tanto desagradan a nuestra pareja y que a fuerza de repetirlas resultan imposibles de soportar.
Respeto hacia la pareja. En toda relación debe primar el respeto y la confianza. No debemos caer nunca en los insultos o descalificaciones. Hay que cuidar el trato que tengamos con nuestro cónyuge para que en ningún momento resulte ofensivo. En las discusiones, debemos evitar siempre los gritos, insultos o malos gestos, de lo contrario se perdería el respeto por la pareja y la relación se deterioraría siendo casi imposible recuperarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario