Viernes 10 septiembre 2010
Santo Domingo.-Contrario a las calamidades y pobreza que se observa en la mayoría de los barrios de la capital dominicana, el sector Buenos Aires, de Herrera, Santo Domingo Oeste, muestra una gran actividad comercial, calles y callejones limpios y asfaltados, sin embargo, ese progreso lo empaña la delincuencia.
En Buenos Aires, de Herrera, abundan los centros comerciales, bancas de apuestas deportivas y de lotería, boutique, salones de belleza, talleres de ebanistería y mecánica, así como tapicerías, dealer de carros, tiendas, bancos comerciales y casa de envíos.
También son comunes los restaurantes de comida rápida como pizzerías, picapollos chinos, carnicerías, heladerias, así como bares, centro cerveceros, colmadones, hoteles y carwash.
Los residentes de este sector, pese a que no tienen que salir de su comunidad en busca de empleos, porque cuentan con una gran cantidad de plazas laborales, viven preocupados por la inseguridad ciudadana, producto de la delincuencia y el tráfico de sustancias ilícitas.
Una señora que prefirió no ser indetificada, por temor represalia, narró el susto que experimentó cuando se dirigía a su trabajo y fue asaltada por dos jovencitos a bordo de una motocicleta, quienes la encañonaron, le arrebataron su cartera y de inmediato emprendieron la huida.
Situación similar sufrió el propietario del dealer Japa Import, Javier Jiménez, quien resultó victima de la delincuencia, cuando se disponía a brindar servicios a dos clientes que resultaron ser salteadores y les robaron el dinero con que contaba hasta ese momento.
Jiménez explicó que después de ese primer robo, en el que los vándalos cargaron con RD$100 mil, retornaron al mes siguiente, esta vez como mensajeros y se llevaron RD$50 mil.
Por esa razón, los moradores y comerciantes de la referida barriada reclaman de las autoridades policiales un constante patrullaje, para frenar la ola de atracos y robos que se registran en la zona.
A todo esto se suma la venta y distribución de narcóticos y los intercambios de disparos entre bandas, por la disputa de los puntos de drogas, favorecidos por los largos y constantes apagones que afectan la productividad comercial y la tranquilidad de los habitantes.
Destacamento policial es una vergüenza
El destartalado cuartel, ubicado en una zona donde se registran numerosos actos delictivos, no garantiza la seguridad ni la retención de los detenidos.
El rancho que es usado como destacamento se observa completamente desvencijado, con los clavos oxidados sosteniendo las tablas podridas a punto de despegarse.
Asimismo, la falta de una computadora y mejor ambiente laboral obstaculiza las labores de oficina y los servicios que pobremente brindan a la barriada, tan necesitada de acciones contundente.
Los lugareños coinciden en que esa patrulla policial constituye la vergüenza de Buenos Aires, por su estructura obsoleta y la carencia de herramientas modernas para enfrentar tantas fechorías.
Más de 20 policías, cuatro patrullas y dos celdas con capacidad para 40 personas, forman parte de los módulos en el cuartel. Resulta muy doloroso que actos de violencia y transgresiones sepulten tantos logros comerciales y los beneficios alcanzados por la comunidad Buenos Aire.
En Buenos Aires, de Herrera, abundan los centros comerciales, bancas de apuestas deportivas y de lotería, boutique, salones de belleza, talleres de ebanistería y mecánica, así como tapicerías, dealer de carros, tiendas, bancos comerciales y casa de envíos.
También son comunes los restaurantes de comida rápida como pizzerías, picapollos chinos, carnicerías, heladerias, así como bares, centro cerveceros, colmadones, hoteles y carwash.
Los residentes de este sector, pese a que no tienen que salir de su comunidad en busca de empleos, porque cuentan con una gran cantidad de plazas laborales, viven preocupados por la inseguridad ciudadana, producto de la delincuencia y el tráfico de sustancias ilícitas.
Una señora que prefirió no ser indetificada, por temor represalia, narró el susto que experimentó cuando se dirigía a su trabajo y fue asaltada por dos jovencitos a bordo de una motocicleta, quienes la encañonaron, le arrebataron su cartera y de inmediato emprendieron la huida.
Situación similar sufrió el propietario del dealer Japa Import, Javier Jiménez, quien resultó victima de la delincuencia, cuando se disponía a brindar servicios a dos clientes que resultaron ser salteadores y les robaron el dinero con que contaba hasta ese momento.
Jiménez explicó que después de ese primer robo, en el que los vándalos cargaron con RD$100 mil, retornaron al mes siguiente, esta vez como mensajeros y se llevaron RD$50 mil.
Por esa razón, los moradores y comerciantes de la referida barriada reclaman de las autoridades policiales un constante patrullaje, para frenar la ola de atracos y robos que se registran en la zona.
A todo esto se suma la venta y distribución de narcóticos y los intercambios de disparos entre bandas, por la disputa de los puntos de drogas, favorecidos por los largos y constantes apagones que afectan la productividad comercial y la tranquilidad de los habitantes.
Destacamento policial es una vergüenza
El destartalado cuartel, ubicado en una zona donde se registran numerosos actos delictivos, no garantiza la seguridad ni la retención de los detenidos.
El rancho que es usado como destacamento se observa completamente desvencijado, con los clavos oxidados sosteniendo las tablas podridas a punto de despegarse.
Asimismo, la falta de una computadora y mejor ambiente laboral obstaculiza las labores de oficina y los servicios que pobremente brindan a la barriada, tan necesitada de acciones contundente.
Los lugareños coinciden en que esa patrulla policial constituye la vergüenza de Buenos Aires, por su estructura obsoleta y la carencia de herramientas modernas para enfrentar tantas fechorías.
Más de 20 policías, cuatro patrullas y dos celdas con capacidad para 40 personas, forman parte de los módulos en el cuartel. Resulta muy doloroso que actos de violencia y transgresiones sepulten tantos logros comerciales y los beneficios alcanzados por la comunidad Buenos Aire.
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