6 jun 2020

EL SILENCIO DE RAMFIS TRUJILLO EN LA CIDH


EL SILENCIO DE RAMFIS EN LA CIDH

Por Francisco Reyes Guzmán

Por nuestra mente pasa en este momento un torrente de refranes que podrían aplicarse al silencio de Ramfis Domínguez Trujillo en torno a la demanda interpuesta en la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH).

Se suele decir que "la última punta no se la enseñó el gato al perro" para que no pudiera cazarlo. Y eso es lo que Ramfis está haciendo: no dar a conocer cómo va su proceso en la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CorteIDH), en Washington.

De acuerdo con una fuente confiable, este lunes 1ero. de junio Domínguez Trujillo llegó a la CorteIDH con el famoso "sobre amarillo" y el equipo de abogados que presentará la demanda a puerta cerrada, como es costumbre de ese tribunal, para que nadie ejerza presión sobre los jueces que lo integran.

Su veredicto solo se conoce a través de comunicados enviados a los medios de prensa y a las instituciones envueltas en el caso.

Los adversarios de Ramfis, tanto en el gobierno como en la oposición, "se hacen los chivos locos" y continúan con la preparación de las elecciones creyendo que nada pasará en el  juicio de la CorteIDH. Por eso lanzan sus encuestas con cifras abultadas de unos y de otros, descartando a Ramfis para confundir a los electores.

La JCE, cuya misión obediente fue impedir la participación de Ramfis en las votaciones, ha ordenado imprimir las boletas sin contar con la decisión de esa corte internacional que en los próximos días cambiará el escenario político de la RD.

Se trata de tomar una decisión sobre la violación del "Derecho de Igualdad" del demandante, dado que hay otros candidatos que no renunciaron a la doble nacionalidad como ordenan las leyes electorales del país caribeño.

La CIDH no tendría razón de ser si desconoce este caso sin precedente en el proceso electoral dominicano. No puede privilegiar a los candidatos inscritos sin renunciar a la doble nacionalidad y alienar el derecho que Ramfis tiene bajo las mismas condiciones.

Este hecho salió a relucir el 15 de marzo, cuando el presidente títere de la JCE dijo que la doble nacionalidad era "un asunto particular de esas personas" (Leonel Fernández, Gonzalo Castillo y Luis Abinader), pero el caso de Ramfis fue tratado como "de interés público", lo que dio al demandante las armas que necesitaba para su reclamo en la CIDH.

La lógica del Derecho Internacional indica que "lo que es igual para todos, no puede ser ventaja para algunos". De ahí que Ramfis decidió apoyarse en el otro refrán: "O jugamos todos o se rompen las barajas", para continuar con su demanda en dicha corte.

¿Acaso piensan los politiqueros dominicanos que los jueces de la CorteIDH son como los jueces dominicanos que "cumplen órdenes de arriba" o de grupos interesados que deciden a su antojo quién va o no va en las elecciones?

Los volcanes, cuando más silenciosos están, encierran más peligro porque nadie sabe cuándo entrarán en erupción.

En estos momentos el silencio de Ramfis pone a temblar a sus adversarios y a los jueces de la JCE, que no saben lo que ocurrirá en la CorteIDH, dado que no tienen cómo acceder al juicio que ha empezado a ventilarse. Ramfis tampoco irá a las redes sociales para "darles la última punta" de su demanda.

Quienes no creen en la justicia internacional continúan con su campaña de desinformación diciendo que "Ramfis no va" o que algunas de las figuras claves de su proyecto político, como es el Dr. Fadul, lo abandonaron para apoyar a otros candidatos, lo cual ha sido desmentido.

Algunos dirigentes sin trascendencia se fueron porque sólo buscaban puestos y cargos en un eventual gobierno de Ramfis. Es lamentable. Pero los verdaderos ramfistas, silenciados por las circunstancias, jamás abandonarán el proyecto y harán lo que su líder determine.

Que nadie cuente con el voto de los ramfistas ni presente fotos de supuestos seguidores juramentándose con los que han pretendido cerrarle el paso. Sería un acto de traición, imperdonable.

"Nadie puede contar los pollitos hasta que el último huevo no saque", también suele decirse.

Hasta que el caso de Ramfis no se ventile en la CorteIDH nadie puede descartar su participación en las elecciones. No importa que la JCE imprima las boletas. Eso lo saben los jueces de la JCE y los adversarios con doble nacionalidad.

El miedo es palpable en torno al silencio de Ramfis. Por eso quieren que haya elecciones "pase lo que pase" pero sin su participación.

"Una cosa piensa el burro, y otra, quien lo apareja". Hay silencios más extremecedores que las erupciones volcánicas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario