QUITO.- Las protestas por la eliminación del subsidio para el combustible y otros recortes anunciados por el presidente Lenín Moreno dejaron ya una buena muestra de que de pacíficas iban a tener poco en su camino a la capital, por donde saquearon algunas empresas.
Una vez allí, convirtieron la ciudad en un campo de batalla con lanzamientos de piedras, cócteles molotov y destrucción del mobiliario público.
Los grupos indígenas, principales alentadores de las manifestaciones, han firmado un comunicado en el que rechazan y repudian todos estos actos atribuyéndolos a «la infiltración de agentes provocadores y violentos» que tienen como fin «deslegitimar la lucha» y además pusieron en libertad al medio centenar de miembros de las fuerzas de seguridad retenidos desde el sábado.
Los disturbios avanzaban hasta el palacio presidencial, por lo que Lenín Moreno ha tenido que ser trasladado a Guayaquil, desde donde ha hablado: «Son los corruptos que han sentido los pasos de la justicia cercándolos para que respondan. Ellos son los que están detrás de este intento de golpe de Estado y están usando e instrumentalizando a algunos sectores indígenas. El sátrapa de Maduro ha activado junto con Correa su plan de desestabilización».
Tres campos de petróleo de la empresa estatal han tenido que ser cerrados tras haber sido tomados, las protestas que comenzaron el jueves se han cobrado por el momento una vida y han provocado medio millar de arrestos.
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