16 jun 2009

Tras denucia de fraude en elecciones de IRAN el pueblo se ha levantado con protestas en contra del gobierno de ese pais.


En Teheran.- Cientos de miles de iraníes lanzados a las calles, imágenes de manifestantes ensangrentados dan la vuelta al mundo, líderes políticos de numerosos países y organizaciones de derechos humanos protestan codo con codo.
A la cúpula de Teherán se le ponen las cosas difíciles tras el controvertido resultado de las presidenciales del pasado viernes, según opina Occidente.

Los analistas temen un levantamiento popular no limitado a Teherán, en vista de las mayores protestas desde la Revolución islámica de 1979 que reunieron a cientos de miles de manifestantes.

La gente muestra su valor, mientras los poderosos del Estado parecen tener dificultades en mantener el control.

A los medios extranjeros en Irán se les impuso este martes una estricta prohibición de informar sobre las manifestaciones previstas por los seguidores de la oposición, después de que el lunes las imágenes de la violencia y los disturbios dieran la vuelta al mundo, según informaciones procedentes de Teherán.

La organización internacional de prensa "Reporteros sin Fronteras" informó de la detención de algunos periodistas, así como del bloqueo de páginas webs y del apagón momentáneo de emisoras radiofónicas.

Incluso la férrea unidad del aparato estatal mostrada hacia el exterior parece estar sufriendo las primeras grietas: el presidente del Parlamento, Ali Lariyani, criticó hoy abiertamente al gobierno al denunciar ataques del Ministerio del Interior a estudiantes en sus residencias estudiantiles.

"Definitivamente no tiene sentido atacar residencias de estudiantes a primera hora de la mañana", dijo el que fuera negociador jefe iraní de cuestiones atómicas.

El Ministerio debe explicar lo ocurrido, exigió con relativa brusquedad. Al mismo tiempo, el Consejo de los Guardianes controlado por el casi todopoderoso Líder de la Revolución, el Ayatolá Ali Jamenei, actúa expectante y dijo que, como contempla la Constitución, se revisarán los resultados del viernes.

Sin embargo, fuera del círculo de poder de Teherán nadie sabe si en ese acto se esconde en realidad un recuento crítico de los votos o un intento de ganar tiempo en los diez días que dura el proceso.

El líder de la oposición, Mir Hussein Mussavi, que reclama la victoria electoral e impugnó oficialmente ante el Consejo de Guardianes la victoria del presidente, Mahmud Ahmadineyad, se mostró hoy diplomático.

Según dijo, no quiere echar más leña al fuego a la situación y llamó a sus seguidores a la moderación y a no celebrar las manifestaciones previstas "por motivos de seguridad", pese a que miles de simpatizantes de Ahmadineyad salieron a las calles de Teherán jurando fidelidad al presidente y al Líder de la Revolución.

Sin embargo, parece que al final los llamamientos de Mussavi no tuvieron efecto, como ya ocurrió el lunes, y miles de personas volvieron a marchar hoy en la capital, según informaciones procedentes de Teherán.

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