13 abr 2009

Cardenal advierte iglesia estará vigilante y no cederá frente al aborto


SANTO DOMINGO. El Cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez advirtió ayer que no cederá ni un ápice frente a las intenciones de "médicos carniceros, legisladores mercaderes", y autoridades que buscan legalizar el aborto, con lo cual aseguró tratan de imponer la pena de muerte en el país.


Aseguró que la iglesia se mantendrá vigilante para impedir la aprobación de esa práctica, pues "se está buscando abrir una brecha para después meter todo lo demás (la pena de muerte), eso lo que ha pasado en el mundo entero y es una pena, porque nadie puede justificar matar a una criatura". "Nunca jamás cederé un ápice en ese punto, pues para mí es una perversión, una iniquidad, es un crimen absolutamente injustificable", enfatizó en tono enérgico López Rodríguez.


Manifestó que le resulta extraño que los países supuestamente civilizados son los más salvajes, o sea son los que están haciendo más desastres en el mundo, y lo curioso es que hay una gran sensibilidad frente la pena de muerte, pero aquí no".A su juicio es una pena que en el país se esté luchando por una causa indefendible, pues nadie puede justificar la muerte de un ser inocente.


El Arzobispo afirmó que quienes están detrás de la legalización del aborto evidentemente tienen interés en "matar", y se preguntó ¿en que beneficia esto a la humanidad, a la República Dominicana, seamos honestos?"Nosotros hemos pedido también que no se imponga la pena de muerte, pero para mí ya está, el aborto es una pena de muerte, quieran o no reconocerlo", sostuvo.


El Cardenal encabezó ayer la misa de Resurrección, donde bendijo el agua que se utilizará en las iglesias y parroquia durante el sacramento del bautizo.


Felicitó a la población por la fiesta de resurrección y por su amplia participación en el programa de actividades religiosas. Dijo que el pasado Sábado Santo habían más de 900 personas en la misa que se celebró a la media noche en la Catedral.


Las firmasEl Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo llamó a todos los católicos a sumarse a la lucha que libra la iglesia, y los invitó a firmar en las iglesias una carta en repudio al aborto. La idea es recolectar miles de firmas para depositarla ante el Congreso Nacional como un amplio rechazo de la población católica a los aprestos de legalizar el aborto.

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